Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de S/C de Tenerife

Tras el desastre ocasionado por la DANA, y que afectó a varias comunidades españolas, la Fundación Franz Weber (FFW) hizo un llamamiento a la reflexión profunda sobre la relación entre los protocolos de emergencias y los animales, y recogían la necesidad de establecer un Plan de Formación y Contingencia Civil que “pueda proporcionar recomendaciones y actuaciones precisas para que cualquier persona tenga los conocimientos mínimos para actuar en caso de emergencia, como los productos que tiene que llevar en su evacuación con animales, cómo rescatarlos de manera segura y cómo garantizar sus integridades”.

Así, los naturalistas consideraban que esta perspectiva integral debería estar presente en todos los planes de acción ante desastres naturales, incluyendo recursos dimensionados para acoger animales, proporcionar recursos habitacionales inclusivos o fondos para reconstruir albergues y refugios.

Del mismo modo, José Ramón Becerra, director General de Derechos de los Animales de España, comentaba que “sin duda, ésta es una de las cuestiones pendientes en materia de bienestar animal. La DANA así nos lo ha hecho ver. Además, la Ley de Bienestar Animal también establece la obligación de adaptar los planes de protección civil”.

No obstante, María Luisa Fernández Miguel, presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife, ha reflexionado sobre la labor que realizaron los veterinarios atendiendo a los animales afectados durante los tres meses de la emergencia volcánica de La Palma.

En esas emergencias “todo estaba protocolarizado”: los hospitales de campaña, la recepción de los animales, la llegada por turnos de los veterinarios voluntarios, la situación en todos los sentidos de cada animal. “Los veterinarios actúan dentro de todos los dispositivos que requiere una actuación de emergencia y, cuando se produce una, esperamos la llamada del Gobierno de Canarias para ponernos en marcha de forma perfectamente organizada porque los veterinarios voluntarios, además de su formación profesional, llevan cuatro años formándose en emergencias”.

Asimismo, ha explicado el papel de Zoocan Emergencias, “una herramienta informática que nos permite tener localizados a todos los veterinarios voluntarios, meter en su base de datos a cada animal que entra, con todas sus características, datos, propietarios, salud… y seguir incorporando cada dato que sea necesario. Los veterinarios voluntarios no sólo han aprendido su manejo sino que han participado activamente en que sea informáticamente lo que necesitan para tener todo bajo control”, informa la presidenta tinerfeña que recientemente ha impartido en Madrid, en la sede nacional del Consejo de Colegios de la Profesión Veterinaria de España, una jornada sobre “El papel de los veterinarios en las emergencias” que contó con la asistencia de al menos 30 presidentes de colegios veterinarios, además de gerentes y vocales de las Juntas Directivas de los diferentes colegios.

EL PAPEL ESENCIAL DE LOS VETERINARIOS  EN LAS EMERGENCIAS

El contenido fundamental de las Jornadas giró en torno a por qué son necesarios los veterinarios en situaciones de emergencias, cuál puede ser el marco de actuación de los veterinarios voluntarios y el trabajo conjunto de las administraciones, colegios profesionales y veterinarios ante un desastre además de la realización de un simulacro de emergencia. El colofón a la Jornada fue la realización de un simulacro, organizado por el Colegio tinerfeño, en el que participaron todos los asistentes y donde se reprodujeron todos los aspectos de una emergencia: cómo se contacta con los voluntarios, como se colocan las jaulas, la gestión del estres en los animales y en sus propietarios, a quién se puede permitir la entrada al albergue, ver el día a día de un albergue, coordinación con las protectoras de animales, relaciones con las autoridades locales, con las autoridades de las emergencias, con los medios de comunicación, etc..

El bienestar animal se ha convertido en un pilar fundamental dentro de las estrategias de actuación ante emergencias en Canarias. Desde hace cuatro años, los colegios profesionales de veterinarios de las islas han trabajado en la creación de protocolos específicos, en estrecha colaboración con las administraciones públicas y otros profesionales del ámbito de las emergencias.

Y todo ello debido a que el cambio social respecto a la protección de los animales ha sido rotundo. Hoy en día, “los animales de compañía son parte integral de las familias, lo que ha transformado la gestión de las emergencias y, ante situaciones como catástrofes naturales o tragedias, se ha hecho evidente la necesidad de mantener la unidad familiar, sin separar a los animales de sus propietarios”, comenta. Esta realidad llevó a los veterinarios canarios a adelantarse a los desafíos y a desarrollar una metodología que integra la atención a los animales en los planes de emergencia, sin descuidar su bienestar.

DE LA EXPERIENCIA A LA INNOVACIÓN

Hace cuatro años, los colegios de veterinarios de Las Palmas y Tenerife comenzaron a recibir formación específica en emergencias, al tiempo que los profesionales veterinarios compartían su experiencia con las autoridades y proponían soluciones adaptadas a la realidad de las islas. De esta manera, se creó un modelo de actuación basado en el trabajo conjunto de los veterinarios con los expertos en emergencias. Esta colaboración ha sido puesta a prueba en situaciones extremas, como los incendios de 2019 en Gran Canaria y 2021 en La Palma, así como en la emergencia volcánica de la Isla Bonita, en la que el despliegue de la estrategia se extendió por cuatro meses, y el gran incendio de Tenerife en 2023.

Esos protocolos, que hoy se consideran modelos a seguir en otras comunidades autónomas y países, “destacan por su enfoque integral, que abarca no solo la atención a las mascotas, sino también a la ganadería, la fauna silvestre, las colonias de gatos, y los animales que no se dejan capturar, pero que requieren cuidados urgentes como alimentación y agua”, indica.

FORMACIÓN Y RESPONSABILIDAD PROFESIONAL

El éxito de este modelo también depende de la formación contínua de los profesionales y la coordinación estrecha con las autoridades competentes en emergencias. Los veterinarios insisten en que, aunque la buena voluntad de la ciudadanía es bienvenida, es crucial que las intervenciones estén guiadas por los profesionales del bienestar animal, ya que solo ellos tienen la formación y responsabilidad necesarias para garantizar la salud de los animales, un aspecto que, según destacan, impacta directamente en la salud pública.

En este sentido, Fernández Miguel, quien participó activamente en la emergencia volcánica de La Palma, subraya que “la crisis de La Palma fue una gran prueba para todos, pero especialmente para los veterinarios, quienes estuvimos en el terreno durante meses. Aprendimos que cubrir las necesidades de los animales va mucho más allá de abrir un refugio. Hay que gestionar el bienestar de todos los animales, incluyendo la fauna silvestre y los animales que no se pueden capturar, siempre trabajando de la mano de las autoridades.”

MIRANDO AL FUTURO

El siguiente desafío para los veterinarios canarios será asegurar que las grandes explotaciones ganaderas tengan protocolos de evacuación adaptados a posibles catástrofes naturales como incendios, inundaciones o erupciones volcánicas. A través de la experiencia acumulada en emergencias pasadas, los veterinarios están trabajando en la creación de planes de acción específicos para el sector ganadero, con el objetivo de garantizar la seguridad de los animales y evitar pérdidas económicas en las explotaciones.

“La salud de los animales es la salud de todos,” concluye la presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife, reafirmando el compromiso de la profesión con el bienestar animal y la seguridad pública en Canarias.

18 de noviembre 2024

DV Diario Veterinario

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