Ayuntamientos de la Isla empiezan a aplicar la «gestión ética» de las comunidades de felinos
Las colonias incontroladas de gatos se han convertido en un quebradero de cabeza para los municipios de Tenerife. La gran capacidad de reproducción y su carácter huidizo complican las labores de control de estas comunidades asilvestradas, cada vez más abundantes en los núcleos poblacionales. Los ayuntamientos se enfrentan a un dilema: evitar que los grupos se multipliquen al mismo tiempo que garantizar su subsistencia...